La ortiga es una hierba común y abundante que todo el mundo conoce. De ahí viene uno de sus nombres: “hierba de los ciegos”, pues hasta estos la reconocen solo con rozarla. Por desgracia, poca gente conoce sus innumerables virtudes y suele ser despreciada por considerarse una peligrosa mala hierba de la cual es mejor mantenerse alejado. Pero en realidad, la ortiga es un regalo para el cuerpo ya que mantiene el orden en el organismo. Contiene histamina, acetilcolina, sales minerales, vitamina C, potasio, hierro, calcio, silicio y taninos. Ante todo es diurética y depurativa de la sangre, es un buen remedio para combatir afecciones de la piel, caída del cabello, gota, catarros, diarrea, asma... Su verdadera virtud es limpiar y no debemos olvidar que sin limpieza interior, no hay curación. Su gran riqueza en minerales la hace buena también para combatir la anemia y prevenir la osteoporosis.
Para las infusiones, se recomiendan dos cucharaditas de hojas en 250 ml de agua hirviendo. Se debe dejar en reposo durante 5 minutos y colarla.
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